El Escapulario del Inmaculado Corazón
La Santísima Virgen se apareció a Sor Justina el 28 de enero de 1840 cuando ella estaba rezando en la Capilla del convento donde estaba haciendo el retiro de noviciado. La Santísima Virgen estaba «vestida con un largo vestido blanco que caía sobre sus pies descalzos, un abrigo azul celeste, sin velo, con el cabello extendido sobre sus hombros. Ella sostenía en sus manos su Corazón, del cual salían abundantes llamas. Su belleza era celestial».
Después de hacer la profesión religiosa, Sor Justina tuvo otra visión.
«La Santísima Virgen sostenía en su mano derecha su Corazón coronado de llamas y, en la otra, una especie de escapulario de tela verde, con un solo lado, suspendido de un solo cordón, también verde, y cerrado en la parte superior. A ambos lados de este medallón de tela se encontraba la imagen de María, tal como se había mostrado en apariciones anteriores, y, en el otro, un corazón resplandeciente con rayos más brillantes que el sol y transparente como el cristal. Este corazón, traspasado por una espada, estaba rodeado por una inscripción ovalada rematada por una cruz de oro, con el siguiente diseño: 'Inmaculado Corazón de María, ruega por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte'».
Esta visión representaba un nuevo medio de obtener gracias: el Escapulario del Inmaculado Corazón. Este escapulario sería un poderoso instrumento para la conversión de almas, particularmente aquellas que no tienen Fe, y que por medio de él, la Santísima Virgen obtendría para ellos, mediante su Hijo, la gracia de una muerte en gracia de Dios. Se le hizo también saber, a la religiosa, el deseo de la Madre de Dios de que el escapulario fuese propagado por todas partes para que estas gracias particulares, lleguen a todas las almas que abracen esta devoción.
En apariciones subsiguientes la Virgen se apareció de la misma forma, insistiendo en que se propagara la devoción a este escapulario. Finalmente, los Escapularios se empezaron a fabricar y a ser distribuidos por las Hermanas en París, luego por toda Francia y fuera de ella. Con este fin, las Hermanas habían recibido la aprobación formal y el impulso necesario de Su Santidad, el Papa Pío IX, en 1870.
La forma del escapulario
En el anverso lleva la imagen de María, mostrando su corazón virginal, en el centro de su pecho, sosteniéndolo con sus manos inmaculadas. Su Corazón aparece traspasado por una espada y coronado de llamas. Este mismo Corazón, en gran tamaño, aparece en el reverso, rodeado por el óvalo que forma esta inscripción:
«Inmaculado Corazón de María, ruega por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte».
Presidiendo el óvalo de la inscripción figura una cruz de oro.
Para obtener la gracia de la conversión hay que recitar, nos dijo Sor Justina, por lo menos una vez al día la jaculatoria del reverso.
Don para los enfermos
Este escapulario ha sido dado por Nuestra Señora, particularmente como un don para los enfermos. Se le puede poner en sus ropas, en su cama o en su habitación. Si la persona a quien se le aplica no dijera la jaculatoria, el que le haya proporcionado el escapulario, puede decirla por el enfermo.
Los prodigios que ha producido este escapulario atestiguan la bendición y el cumplimiento de la promesa de la Virgen a todos los que lo lleven y digan la jaculatoria: «Hará grandes conversiones, particularmente para alcanzar la buena muerte a los pecadores y a los que no tienen fe».
El Escapulario Verde no requiere ninguna fórmula particular de investidura sino solo la bendición de algún sacerdote católico.